En un momento donde el relevo 4x400 caribeño pasa por una situación delicada, se hace necesario recordar los grandes momentos vividos
De las 14 medallas olímpicas que posee Bahamas en citas estivales, 12 de ellas pertenecen al atletismo. Sin embargo, la primera presea no llegó por la vía del campo y pista, sino en la modalidad Star de la vela, cuando en Melbourne 1956, Sloan Farrington y Dirwad Knowles conquistaron el bronce; ocho años más tarde, en Tokio 1964, Knowles y Cecil Cooke, como nuevo compañero, lograron el título bajo los cinco aros en la misma especialidad.
Desde ese entonces, e iniciando por el bronce de Frank Rutherford en el triple salto de Barcelona 1992, cada una de las medallas perteneciente a Bahamas han llegado de la mano del atletismo. Ahora bien, como parte histórica y curiosa de esta nación caribeña en las Olimpiadas se encuentra el relevo masculino 4×400 metros, que ha animado el último evento del deporte rey en los últimos tiempos.
Si bien la calidad de los relevos bahameños fue estrenada al mundo por las muchachas del 4×100 con la plata en Atlanta 1996 y el oro de Sídney 2000, en la justa australiana el 4×400 alcanzó su primera medalla de igual manera.
Con un sexto lugar en el Campeonato Mundial de Sevilla 1999, la cuarteta caribeña llegó a Australia con la fe puesta en lograr un resultado inédito. Los cuatro hombres designados para competir en la etapa clasificatoria fueron Timothy Munnings, quien había cronometrado unos 46.12 segundos en el Campeonato Nacional de Bahamas; Troy McIntosh, clasificado para la prueba individual de los 400 m en esos JJ.OO. y ganador ese año de algunos certámenes como el Janusz Kusocinsky Memorial de Polonia y el Luzern Spitzenleichathletik de Suiza; Carl Oliver, con 46.62 como mejor marca de ese año; y el entonces jovencito Chris Brown, quien había sido tercero en los campeonatos de la NCAA con Nrfolk State University (45.08), clasificado individualmente a los JJ.OO. y en ese momento subcampeón bahamés en los 400 m.
Bahamas se clasificó sin problemas a la semifinal en el heat número cinco con 3:01.30 por detrás de Nigeria y Polonia. En las semifinales, Avard Moncur, campeón de los 400 m en la NCAA con Auburn University y el bahamés con mejor crono (44.72 s), reemplazó a Munnings, y la cuarteta caribeña avanzó a la final en una difícil carrera donde culminaron terceros con récord nacional de 2:59.02, aunque superados por Estados Unidos y Jamaica.
Ya en la final, los bahameños se acercaron a la marca nacional cronometrada en las semifinales, pero los 2:59.23 solo sirvieron para un cuarto lugar. Sin embargo, y por azar del destino, el poderoso equipo de Estados Unidos que inicialmente había ganado la prueba fue descalificado, otorgándole la medalla de oro y plata a Nigeria y Jamaica, y relegando el bronce a las Bahamas, que comenzaría, así, una leyenda olímpica en los relevos 4×400.
En el Campeonato Mundial de Edmonton 2001, Bahamas figuraba como una de las favoritas para luchar el podio en el 4×400 masculino. Esa temporada Brown descolló en los torneos colegiales de Estados Unidos y Moncour se coronó, nuevamente, campeón de la NCAA, además de ganar mítines en Laussana y Madrid y, por supuesto, llegar con el estatus de campeón mundial de Edmonton 2001 hacía solo unos días. Repetían también de la gesta del año anterior, McIntosh, Munnings y Oliver.
Tras la descalificación de Estados Unidos en la final, el cuarteto bahamés (Moncour, Brown, McIntosh, Munnings) hizo historia al subir a lo más alto del podio en aquella edición canadiense con récord nacional de 2:58.19, demostrando el desarrollo que habían tenido como equipo y reevaluando el bronce alcanzado en Sídney.
En París 2003, Dennis Darling, subcampeón bahamés de los 400 m, y Nathaniel McKinney, líder de la temporada en la División II de la NCAA, renovaron el equipo en detrimento de McIntosh y Munnigs, a la vez que Oliver, Brown y Moncur se mantenían como la base. Luego de avanzar en el heat clasificatorio, no pudieron revalidar sus títulos de campeones mundiales y se alzaron con el bronce por detrás de Francia y Jamaica, y gracias a la posterior descalificación de Estados Unidos.
Nuevas caras llegaron para las Olimpiadas de Atenas 2004. Aaron Cleare y Andrae Williams, este último subcampeón del torneo NACAC Sub 23, se unían a Chris Brown y a Nathaniel McKinney, a la vez que el campeón mundial de Edmonton, Avard Moncur, se quedaba sin participar tras una mala temporada atlética.
La no presencia de sus mejores corredores, unido a la juventud de este relevo, le costó a Bahamas un sexto lugar en la final con 3:01.88, muy alejado de sus resultados alcanzados en eventos previos.
Un año después, en Helsinki 2005, Avard Moncur regresaría a la cuarteta, aunque sus tiempos distaban mucho de su nivel alcanzado hacía cuatro años. Por otro lado, Chris Brown realizó un estupendo torneo de los 400 m al culminar cuarto en la final y quedarse muy cerca de una medalla, mientras, McKinney y Andrae Williams completaron el equipo. Las grandes marcas volvieron en la final tras sumar la plata con otro récord nacional de 2:57.32 y quedando solo por detrás de Estados Unidos; el bronce fue para la estafeta de Jamaica.
Tras ser campeones panamericanos en Río de Janeiro, repetirían el resultado en Osaka 2007, cuando en aquella ocasión, como hacía dos años atrás, llegaron a la meta superados solamente por Estados Unidos. Brown, quien venía de ser campeón panamericano (individualmente y en el relevo) y otra vez cuarto lugar mundial, Moncur y Williams lideraron el equipo, a la vez que McKinney cedía su plaza en la final al debutante Michael Mathieu.
Con la experiencia sin subir al podio de Atenas 2004, los bahameños llegaron a Beijing 2008 en busca de una presea bajo los cinco aros. La estafeta inicial compuesta nuevamente por Moncur a la cabeza, Michael Mathieu, Andrae Williams y el jovencito Ramon Miller, campeón de la NAIA estadounidense con Dickinson State University, clasificaron sin problemas a la final.
En la última instancia se incorporaron Andretti Bain, campeón de la NCAA compitiendo con Oral Roberts University esa temporada, por Advard Moncur, y Chris Brown, quien venía de ser cuarto lugar olímpico en los 400 m, por Ramón Miller. Como en los eventos previos, Bahamas se llevó el metal plateado y Estados Unidos el oro con récord olímpico de 2:55.39. Con el segundo lugar, Bahamas mejoraba su actuación en Sidney 2000 y abría el camino para que en Londres 2012 se gestara la hazaña más grande.
En Berlín 2009, los sueños por seguir conquistando medallas mundiales de manera consecutiva se esfumaron en primera ronda luego de quedar descalificados. Asimismo, en Daegu 2011, sorpresivamente se quedaron fueran de la final al ceder en el último boleto frente a un impresionante relevo kenyano. En los dos eventos previos más importantes que anticipaban a Londres 2012 habían quedado fuera de la lucha por las medallas y su principal corredor, Chris Brown, quien había ganado el Campeonato del Mundo Indoor de Doha 2010, se quedó sin integrar el relevo a la espera de la incursión en la final.
Con el amargo recuerdo de los dos mundiales anteriores, el equipo bahameño fue con todo desde el inicio en Londres 2012. En la clasificación lograron una impresionante victoria con 2:58.87 frente a los estadounidenses que presagió una batalla épica en la final. Esta vez, Chris Brown corrió desde el inicio y lideró al equipo luego de finalizar en cuarto lugar de los 400 m individual; mientras, el nuevo componente, Demetrius Pinder, también se coló en la final olímpica de los 400 m y culminó en la séptima posición. Ramón Miller, semifinalista olímpico en 400, y Michael Mathieu completaban la cuarteta.
Durante la final, el relevo 4×400 bahameño logró el mejor resultado de toda su historia, destronando a Estados Unidos como campeón olímpico y alzándose con el triunfo en el Estadio Olímpico de Londres con récord nacional incluido de 2:56.72. Brown, Pinder, Mathieu y Miller finiquitaron y alcanzaron el pico de calidad que desde hacía años se fraguaba en esta especialidad para las Bahamas.
Esa fue la cuarta ocasión en que el relvo 4×400 m de Estados Unidos no alcanzaba la medalla de oro (en competencia, no en JJ.OO, que no participó o fue descalificado). El Reino Unido lo había hecho en Amberes 1920 y en Berlín 1936, a la vez que Jamaica lo venció en Melbourne 1956, lo cual resaltó, aún más, el triunfo de Bahamas.
Pese a su condición de campeón olímpico, en Moscú 2013 Bahamas se quedó fuera de la final, aunque en ese equipo solo Chris Brown repetía del cuarteto ganador en Londres, el resto: LaToy Williams, Wesley Neymour y O´Jay Ferguson, habían representado a la nación en los campeonatos CAC de Morelia, México. No obstante, en 2014, y con la vuelta de los estelares Mathieu y Pinder en conjunto con el ya veterano Brown y LaToy Williams, conquistaron la medalla de plata en el primer Campeonato Mundial de Relevos celebrado en Nassau en 2014.
Al año siguiente repetían el segundo lugar en el Thomas Robinson Stadium de Nassau durante la segunda edición del Mundial de Relevos. Esta vez, Ramon Miller, Michael Mathieu, Chris Brown y el debutante Steven Gardiner, quien se había consolidado como campeón bahameño, no pudieron ante el fuerte relevo estadounidense. No obstante, la suerte fue diferente en el Campeonato Mundial de Beijing al quedar eliminados en la clasificación. Sin Chris Brown como su talismán, Bahamas afrontó otra dura situación durante la justa asiática.
De cara a Río 2016, Bahamas volvió a colocar a Chris Brown en el relevo de la clasificación, esta vez junto a Alonzo Rusell, subcampeón nacional, Steven Gardiner, semifinalista olímpico de Río, y Stephen Newbold, quienes avanzaron a la lucha por las medallas luego de finalizar segundos de su heat por detrás de Bélgica. Ya en la final, y con Michael Mathieu sustituyendo a Newbold, los bahameños alcanzaron su tercera medalla olímpica consecutiva en el relevo 4×400 al conquistar el bronce, algo que solo han logrado Estados Unidos y Reino Unido.
La irregularidad volvería luego de Río al no clasificarse ni a la final del Campeonato Mundial de Relevos de Nassau 2017, ni a la disputa de medallas en Londres 2017. En 2019, al no competir en el Campeonato Mundial de Relevos de Yokohama, se quedaron si prescencia en Doha 2019, siendo esta la primera vez en el siglo XXI que el relevo masculino 4x400metros de Bahamas se quedaba fuera de una cita importante a nivel internacional.
Lo cierto es que podemos ver, luego de mucho tiempo, unos Juegos Olímpicos sin un equipo de Bahamas masculino en los 4x400m, a pesar de contar con el campeón mundial Steven Gardiner o de corredores como Alonzo Rusell, y es que, hasta este mismo instante, también están fuera del Campeonato Mundial de Relevos de Silesia en mayo próximo, certamen que otorga ocho boletos a Tokio 2020.
Puede ser que el cambio generacional le esté pasando factura, o la falta de un talismán como Chris Brown se note en la pista, pero ahora, justo ahora, cuando esta histórica especialidad hecha para Bahamas pasa por un momento delicado, se hace necesario recordar los grandes momentos vividos, y que unos Juegos Olímpicos sin el 4×400 masculino de esta nación caribeña, tendrían, cuanto menos, un sabor de boca diferente.
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