Pocos porteros han dado tanto por un club y aún menos son los que han logrado tales éxitos. Joseph Dieter “Sepp” Maier se puede considerar, como mínimo, uno de ellos
Desde Toni Turek y el Milagro de Berna en 1954, la selección alemana siempre ha gozado de excelentes guardametas bajo los tres palos: Schumacher, Andreas Köpke, Lehmann, el gran Oliver Kahn y, en la actualidad, Neuer y Ter Stegen. Sin embargo, solo “Sepp” Maier, “El Gato de Anzing”, puede alardear de haber ganado todo lo que podía, tanto con la selección como a nivel de clubes.
“De abajo hacia arriba”
Joseph Dieter “Sepp” Maier comenzó sus andares en el fútbol a los ocho años con el TSV Haar, equipo de las afueras de Munich. Allí jugó siete años a partir de 1952, donde las buenas actuaciones llamaron la atención de los ojeadores del Bayern Múnich. Contradictoriamente, fue una goleada de ocho a cero en contra, lo que decidió al conjunto muniqués a fichar al joven arquero.
El recién llegado se inició en las inferiores del club bávaro en la temporada de 1959-1960. Durante las siguientes tres campañas, pasó por las selecciones Sub-16, Sub-17 y Sub-19. Finalmente, en 1962 llegó al arco del primer equipo, posición que mantendría durante toda su carrera como jugador.
No obstante, aquel Bayern no era el multicampeón de Europa, ni el dominador de la Bundesliga que conocemos en la actualidad; por esos años el club competía en la Regionalliga Süd y el equipo grande de la ciudad era el TSV Múnich 1860.
En 1964 llegaron al once bávaro dos de los mejores jugadores alemanes de todos los tiempos: el “Káiser” Franz Beckenbauer y el bombardero Gerd Müller. Junto a “Sepp” Maier, se convirtieron en el eje del equipo, la columna vertebral del nuevo coloso de Europa. Años más tarde el antiguo guardameta diría a la prensa: “para mí lo mejor fue que lo hicimos de abajo hacia arriba”. En 1965 el equipo ascendío a la Bundesliga. Comenzaba entonces la época dorada del Bayern.
Los siguientes 14 años son historia. Durante su idilio con el club muniqués, “El Gato de Anzing” ganó, a nivel nacional, cuatro títulos de Bundesliga (1968-69, 1971-72, 1972-73, 1973-74), y cuatro Copas de Alemania (1965-66, 1966-67, 1968-69 y 1970-71).
En competencias internacionales conquistó, de manera consecutiva, tres Copas de Europa (ahora conocida como Liga de Campeones de la UEFA) de 1974 al 76. A ello se suman una Recopa de Europa (1967) y una Copa Intercontinental (1976).
Con el Bayern Múnich, jugó un total de 633 partidos en todas las competiciones, siendo el futbolista que más encuentros ha disputado con el equipo. Mientras que, en la Bundesliga, “El Gato” intervino en 473 juegos, 442 de los cuales fueron de manera consecutiva, con lo que estableció un récord aún vigente en dicha competición.
En la Mannschaft, una muralla insuperable
Con la selección nacional, este gran guardameta continuó cosechando laureles. Maier debutó con el equipo a la edad de 22 años, el 4 de mayo de 1966, y se mantuvo como titular indiscutido por los siguientes 12 años.
A nivel global, representó a Alemania en cuatro Copas del Mundo, donde jugó un total de 18 partidos. En Inglaterra 1966, perdió en la final ante los locales y en México 1970, quedó tercero, siendo eliminado por Italia en el llamado Partido del Siglo. Finalmente, en Alemania Occidental 1974, se tituló campeón. Mientras, en la siguiente edición, esta vez en Argentina, quedó fuera en la segunda fase.
Defendió el arco teutón en la Eurocopa de Bélgica 1972, primer triunfo germano en la competición más importante a nivel de selección en el Viejo Continente. Cuatro años después participó en el torneo de Yugoslavia, donde perdió en la final contra la selección de Checoslovaquia y encajó aquel histórico penalti de Antonín Panenka en la tanda de penales.
Con un total de 95 partidos jugados con la Mannschaft, ostenta el récord en la portería alemana. De ellos, mantuvo la puerta en blanco en 36 ocasiones, siendo superado solamente por el actual guardameta de la selección, Manuel Neuer, con 37 vallas invictas.
Su regularidad y grandes actuaciones le valieron ser premiado en tres ocasiones como Jugador Alemán del Año (1975, 77 y 78), galardón entregado generalmente a centrocampistas y delanteros.
Desgraciadamente, la carrera de Joseph Maier se vio interrumpida en 1979 tras sufrir un grave accidente de tránsito, cuyas lesiones le impidieron mantener su carrera como jugador profesional y frustraron así, sus intenciones de resguardar por muchos años más, la meta bávara.
Con el pasar de los años, ha sido reconocido como el mejor portero germano del siglo XX y uno de los mejores guardametas de la historia del balompié. Además, está incluido en el Salón de la Fama del fútbol alemán y en el Once Ideal teutón de todos los tiempos.
De vuelta a las canchas… desde el banquillo
Sin embargo, el fin de su carrera deportiva no significó el divorcio con el mundo del más universal.
En la temporada 1986-87, “Sepp” volvió a los terrenos de juego, solo que esta vez como entrenador de porteros de su club de toda la vida, a las órdenes de Udo Lattek. Pero a finales de esa temporada dimitió tras solo 46 partidos con el equipo.
Al año siguiente se unió a la selección nacional. Durante 16 años se mantuvo en el equipo técnico de entrenadores como: Franz Beckenbauer, con quien ganó la Copa del Mundo de Italia 1990; “Berti” Vogts, titulándose campeón de la Eurocopa de Inglaterra 1996; y Rudi Völler, quedando segundo en el Mundial de Corea del Sur y Japón 2002.
Mientras se desempeñaba en la Mannschaft como coach, regresó al Bayern en 1994. Esta vez, se quedó en casa hasta el final de su carrera como preparador de porteros. En este segundo periodo, el Bayern ganó ocho títulos de Bundesliga (1996-97, 1998-99, 1999-00, 2000-01, 2002-03, 2004-05, 2005-06, 2007-08) y seis Copas (1997-98, 1999-00, 2002-03, 2004-05, 2005-06, 2007-08).
A nivel europeo, los bávaros conquistaron una Copa de la UEFA (1995-96) —ahora conocida como UEFA Europa League—, una Liga de Campeones (2000-01) y una Copa Intercontinental (2001).
Oliver Kahn demostró ser su alumno más aventajado tanto en clubes como en la selección. Durante sus años como entrenador, pudo trabajar junto a su sucesor y pulirlo hasta que llevarlo a ser uno de los mejores porteros alemanes y del mundo de todos los tiempos.
En 2004, Joseph Maier renunció de la selección nacional y cuatro años más tarde se despedía definitivamente del mundo del fútbol y del club de sus amores.
Al momento de su retiro, había dejado un legado para el fútbol alemán y varios récords difíciles de igualar. Pocos porteros han dado tanto por un club y aún menos son los que han logrado tales éxitos. Por su extraordinaria forma de jugar, carácter, títulos y entrega al deporte más universal, “El Gato de Anzing” conquistó el respeto y admiración de todo aquel que pudo verlo en un terreno de fútbol.
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